27. En ocasiones, el poder público se ve obligado incluso a sustituir a la iniciativa privada, cuando ésta deja sin atender una necesidad o la satisface insuficientemente, cuando la actividad correspondiente no da bastante ganancia a los empresarios en potencia (caso de los asilos, escuelas rurales y otros) o cuando, por el contrario, serían una fuente de riqueza pero no deben estar en manos privadas (ciertas industrias bélicas) o desempeñan funciones monopolísticas por su propia naturaleza, entre otros casos. Esta producción pública de bienes, que llegó a ser casi exclusiva en los sistemas de economía centralmente planificada, ocupa una proporción mucho menos importante de la economía nacional en los sistemas de mercado.
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