El dinero actúa como un instrumento que sirve para intercambiar los bienes, siendo un medio de pago de los mismos y expresándose los valores de los diversos artículos en unidades de él. El dinero permite así facilitar la productividad y hace que la división del trabajo sea posible. Aumentar la división del trabajo sin intercambio de los bienes producidos no tendría sentido. Por esta causa, la extensión de la división del trabajo y el desarrollo de la productividad han estado asociados a la utilización del dinero, definido como:
«un medio general de cambio que se acepta como medio de pago por los individuos de una economía para adquirir otros bienes y servicios»
Ahora bien, el dinero no solo facilita el intercambio. Quien percibe un ingreso en dinero puede decidir no consumirlo en su totalidad. Esta diferencia entre los ingresos y el consumo se denomina ahorro y puede acumularse a traves de la tenencia de dinero. Cada economía que ha ahorrado una cantida puede transferirla a otras economías mediante las operaciones de crédito y préstamo, con lo cual el dinero permite que se movilice el ahorro y se transfiera a quienes deseen invertirlo, y esta inversión también aumenta la productividad y facilita el desarrollo. Esta segunda función del dinero como depósito de valor complementa la primera como medio de pago y resalta la importancia que el dinero tiene en la vida económica. La actividad económica supone una constante relación social, siendo justamente estos comportamientos sociales referentes a la producción, intercambio y distribución los que han considerado los economistas tratando de hallar en ellos regularidades válidas para todo tiempo y lugar.
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