EL MERCADO Y EL INTERÉS PÚBLICO
25. Ante el enorme poder de las empresas y los grupos económicos en el sistema de mercado es preciso recordar que el interés privado y el interés público no tienen siempre los mismos objetivos, aunque coincidan en parte. Las empresas persiguen una prosperidad reflejada en las máximas ganancias posibles, mientras que el interés común busca fines más variados a los que muchas veces hay que sacrificar el beneficio económico; fines tales como la salud pública, la mejora de la sociedad mediante la educación, el respeto a la naturaleza, la observancia de ciertos valores inmateriales, el cultivo de actividades estéticas, la cohesión social y, sobre todo, el acatamiento de unas normas éticas de convivencia, entre otras manifestaciones del progreso humano. Fines que el empresario no tiene en cuenta para su actividad, como muy bien expresa la celebre frase del presidente de la General Motors, pronunciada ante el Senado al ser nombrado Secretario de Defensa estadounidense: «Lo que es bueno para la General Motors es bueno para Estados Unidos». Basta pensar en una guerra para comprender lo aberrante de esa creencia. El propio presidente Eisenhower, que había nombrado a Wilson, fue mucho más sensato al prevenir a su pueblo, en su discurso de despedida, contra los abusos del «complejo industrial militar», cuyos beneficios, obviamente, crecen con las guerras, siempre dolorosas para los pueblos.
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